Todo azul

Érase una vez y dos son tres: que después de las elecciones de 1968, que al pueblo de Naguabo lo pintaron todo de azul.  Azul como el color del movimiento literario del modernismo o los poemas de Rubén Darío

La alcaldía, el hospital, la plaza de recreo (cuando había todavía bancos) la lechería (donde está ahora Ornato), el parque de bombas (ahora guardia municipal), la concha acústica que era nuevecita, con la fuente funcionando.  Y si mal no recuerdo, creo que no pintaron la iglesia católica porque Dios los llamó collect desde un teléfono público y les dijo que no se atrevieran.

Ya con todo el pueblo pintado de azul y cercanas las elecciones del 1972, un miembro del partido en el que yo militaba en aquella época, molesto por un fallo judicial adverso a nosotros por unas agresiones (creo que fue por eso aunque no estoy seguro), le cambia el color a la recién construida concha acústica.

Con pintura verde, escribió una serie de consignas independentistas en todo el edificio. Esto sin el aval del liderato del partido, que eran personas serias y de probada reputación moral.

Aquello (el acto vandálico), ante los ojos del anexionismo del pueblo y del pueblo completo, fue peor que cuando el griego Antioco Epifanes, sacrificó un cerdo en el templo de Jesusalén.  Todo el mundo “encabronao” incluyendo a mi santa madre por esa ‘barbaridad’.  Un verdadero sacrilegio.

No recuerdo si fue al otro día o par de días después, amanecen todas las puertas y paredes de los principales comercios del pueblo pintadas con consignas independentistas, pero en esta ocasión de negro.  La tienda de Enrique Rivera, la de Mercedes Rivera, Los Márquez, el Delicias, el Ombú, etc., etc.  Y de nuevo, la mai mía, que no me hablaba por ser “un condenao loco’’ y el dedo acusador encima de los adolescentes con melenas y afros.

¡Bueno a lo que vinimos!, el discursito de “cómo es posible que hayan infiltrados, falsas banderas, auto atentados, o echarles los veinte a otro por actos vandálicos”, es BOVINE EXCREMENT USDA CHOICE. Se hacía antes y se hace ahora también.

No fuimos los ‘indepes’, fueron los mismos que pintaron el pueblo de azul los del acto vandálico.  ¿Cómo lo sabemos? En sus ansias de venganza (el plato que se come frío), cometieron un error, la puerta doble del comité de nuestro partido tenía una bandera de Puerto Rico,  también le derramaron un galón completito de pintura negra. ¡No me vengan a joder, ningún independentista haría eso con su bandera!  

Después estando en la Plaza y en tertulia con algunos amigos, creo alguien fue a increparle al que sabíamos había cometido el vandalismo en edificios y la puerta del comité.  El muchacho, que después se convertirá en alcalde más adelante, oyó que alguien gritó que “eran todos unos hijos de puta los que se atrevieron vandalizar el comité y la bandera” Bueno, el hombre (gracias a Dios que no era de los que peleaba) se puso colorao, bajó la cabeza y se fue. 

Un flaco de un afro rubio y gafas culo e’ botella fue el que gritó las palabras soeces (aunque creo no se sienta hoy día orgulloso de eso).  Hay cosas que no cambian ni  pasados 48 años jajajajaja.