Prende y pasa, no te lo fumes todo La Legalización de la marihuana en PR

22.09.2013 11:30

    

“Prende y pasa, no te lo fumes todo” La legalización de la marihuana en Puerto Rico y cómo se demonizó el uso de la planta

Sobre el tapete hay una propuesta para la legalización de la marihuana en Puerto Rico, incoada por el legislador Licenciado Miguel Pereira, la cual nos pondrá en el mismo mapa que Bégica, Holanda, el estado de California y otros ventitrés países del mundo. La propuesta específicamente es para enmendar el artículo 404 de la Ley de Sustancias Controladas de Puerto Rico. De aprobarse la propuesta, se permitiría a las personas mayores de 21 años poseer hasta 1 onza de cannabis sin consecuencia legal. Por experiencia sé que no la legalizarán, el 70% de los puertorriqueños se oponen a la misma y ya sabemos el costo politico que le facturarán a los legisladores que se atrevan aprobar la medida. Como siempre digo pecando de pedante, cada vez que se debate algún issue de caracter neurálgico en este país en lugar de prevalecer el análisis ponderado, informado y con data empírica sustentándolo para oponernos o apoyarlo, nos dejamos guiar por los pastores, politicos, asesores de boberías, seudo científicos, e idiotas farfullantes que sobreabundan en el país. 

Un politico llamó por teléfono a un joven periodista y analista politico (el cual es obvio que maneja mejor el tema y es muchísmo más brillante que los pendejos con corbata que nos gobiernan) preguntándole, “que dónde capeaba la yerba que se estaba metiendo, o si acaso se estaba metiendo algo”, por estar apoyando la medida. Eso sin contar los cristianos que le llamaron para enviarlo de manera inexorable al infierno. Ese es el clásico argumento del imbécil que a falta de argumentos bien estructurados y articulados recurre al insulto al no poder debatir el tema en el plano de las ideas. Este es el país de la trivialidad, la tribalidad, la idiotez institucional y donde más fanáticos hay. Incluso escuché a un galeno durante el primer día de vistas indicar que la marifinga era "altamente adictiva " pero sin mencionar algún estudio efectuado por él o estudios de universidades y académicos con algún tipo de ''expertise'' en el tema que avalaran su planteamiento. Eso es lo menos que uno espera de un profesional como un médico, que va a deponer en unas vistas con un tema tan particular. Creo que el gobierno debiese contratar al ex senador Rolando Crespo como asesor, ese macho sí que sabía de drogas, se metía to' lo que encontraba... ¿Rolando aún andas fumando? 

Allá en los años 60 en Naguabo, dependiendo del lugar en que hubieses nacido, así era que pedías un poco de cannabis sativa, ¡deja ver si me acuerdo!… Si eras neuyorican pedías un poco de “weed, un reefer, un joint, si te metías mucho de ella entonces tus panas nacidos en el Bronx decían que eras un [pot head]” Si por el contrario habías nacido en la Isla pedías un poco de yerba, mafú, marifinga, marihuana, mariguana, maryjane, un porro, un ciriguayo, un moto, un pitillo, un tabaco, o un tablón. Si eras un fumador habitual de la planta, siempre los deditos te delataban por estar llenos de “Cheese Trix” , ¡a ver loco si usas un rush clip, pa’ que no se te quemen los dedos! Pero nada de juzgar a los baby boomers y flower children de la época, Barrack Obama, Bill Clinton, Arnold Schwarzenegger y Luis Muñoz Marín también fumaban; estamos en buena compañía.

La etimología del vocablo nos viene desde Méjico , que fue desde donde se la introduce a Estados Unidos. Como suele suceder en la etimología, hay diversas teorías sobre el origen de la palabra. Marihuana según algunos linguistas viene del nahuatl (idoma de los aztecas o nahuas) “malli” hierba que se enrosca para tejer y “huana” alterado de la mente o borracho. La version popular es que si en Méjico un ‘’juan’’ es un soldado raso cualquiera y “juana o marijuana” la soldadera, prostituta cuartelera o mujer que acompañaba a los soldado, el vulgo unió la droga a la figura femenina de la soldadera, dándonos el vocablo marijuana o marihuana. Otra teoría apunta al árabe “marwana” que literalmente significa “valiente, dura”

La marihuana, mafú o cómo le quieras llamar antes de 1937 no era una droga poscrita por la autoridades, todo lo contrario; era una planta que tenía uno y mil usos. Para mostrar algunos ejemplos podemos expresar que: 1) todos los textos escolares estadounidenses estaban impresos en papel a base de cannabis hasta el 1930 2) los primeros mapas, biblias (¿Dios mio, sería por eso que algunos locos del pueblo enrolaban con páginas de Biblia?), e incluso la constitución estadounidense fueron impresas con papel de cáñamo 3) en algunos estados el país era obligatorio el cultivo de cannabis en los siglos XVI y XVII debido a los enormes beneficios que esta planta implicaba como materia prima 4) la cannabis fue fundamental para la navegación durante siglos ya que el 90% de las cuerdas(¿se fumarían los marinos algunas sogas de esas ?) que se utilizaban en esta práctica eran elaboradas con este material 5) el 80% de la ropa y telas en general eran elaboradas a partir de esta planta 6) la mayoría de las obras de Rembrandt, Van Gogh, Monet, y muchos otros, se pintaron sobre canvas hechos a base de cannabis 7) está confirmado que una hectárea cultivada con cáñamo produce 4 veces más papel que el mismo área plantado con árboles, y que el proceso de extracción requiere de entre 4 y 7 veces menor esfuerzo en maquinaria lo cual se traduce a su vez en menor contaminación algunas de las pinturas y barnices de mayor calidad eran elaboradas a partir de la semilla de la cannabis hasta 1930.

La planta es una multifacética como hemos podido apreciar, con ella se podían generar, combustibles, pinturas, ropa, telas, aceites comestibles, y por supuesto para relajarse recreativamente. La Compañia Dupont que en aquella época comenzaba a despuntar en el negocio de los polimeros y petroquímicos como estrategia de mercado y catapultar sus productos sabía que tenía que sacar la cannabis del panorama, no querían competencia. A la Dupont se le unió la Hearst Company (propiedad de William Randolph Hearst, el mismo que inventó mediante sus periódico el hundimiento del Maine y la Guerra Hispanoamericana. La industria que se sentía gravemente amenazada por la presencia del cáñamo o cannabis era la papelera. La Hearst Company controlaba buena parte de la producción de papel e incluso era el principal proveedor del área de productos de papel de la hoy multinacional Kimberly Clark. Hearst, un despiadado hombre de negocios no tardó en darse cuenta, al igual que DuPont, de la necesidad de eliminar al cáñamo del mercado y junto con otros empresarios presionaron al gobierno, a través del FBN (Federal Bureau of Narcotics) para que se criminalizara por completo el cultivo de esta planta. Hearst, el legendario magnate de los medios impresos, puso a disposición su ejército de diarios para promover una campaña cultural en contra de la cannabis y como parte de esta iniciativa se adoptó por primera vez el nombre de “marihuana”, una palabra con fonética recordable, breve, y precisa para designar a esta ahora diabólica planta (por cierto un término que hasta entonces era solamente utilizado en el argot popular de Méjico).

El Secretario del Tesoro Mellon, que además era uno de los principales accionistas de la Dupont influyó para que su sobrino Harry J. Anslinger fuese nombrado en 1930 como el primer comisionado del FBN (Federal Bureau of Narcotics). Su misión era conseguir el demonizar la cannabis para que se considerase al mismo nivel que la cocaína o la heroína y así borrarla del mercado Y a pesar de que el cabildeo en contra de la cannabis ya llevaba poco más de dos décadas lo cierto es que no fue hasta que Anslinger llegó al FBN cuando la verdadera guerra comenzó. Como decimos aquí “ya todo estaba planchado”

Otro actor que desempeñó un papel fundamental en este proceso fue la ya entonces consolidada industria del tabaco. En esa época la cultura americana ya había adoptado integralmente el consumo cotidiano de cigarrillos. Sin embargo, las grandes tabacaleras habían comprobado que el consumo de tabaco entre la población que fumaba cannabis era menor que en aquellos que solo consumían su producto. Por otro lado los fumadores de esta planta jamás de someterían a un mercado industrial ya que era relativamente fácil cultivarla caseramente y autoabastecer su consumo personal sin recurrir a una marca industrial. Por el contrario, la siembra de tacabo era mucho más compleja y requería de una extensión de tierra suficiente para cultivarse y no solo de un par de macetas. Tomando en cuenta esto, y ante el poco futuro comercial que se percibía en el rubro del cannabis, las grandes tabacaleras no dudaron en apoyar la cruzada en contra de la marihuana.

La siempre oscura industria farmacéutica, y que consciente de las propiedades medicinales que la marihuana ofrecía a la población también la percibió como una amenaza contra sus intereses comerciales. Se tienen confirmados múltiples beneficios médicos que contiene la cannabis, entre ellos el combate al glaucoma, el ayudar a la prevención de Alzheimer, y reducir el dolor del síndrome pre menstrual entre las mujeres, por mencionar solo algunos. Contra todos estos males la industria farmace utica ha desarrollado medicamentos sintéticos que en muchos casos han probado ser menos efectivos, o al menos mucho más costosos que tratarlos con marihuana. De hecho esta misma postura de las farmacéuticas alude a un fenómeno actual con la campaña que busca volver ilegal el uso de plantas medicinales en Europa como sustituto de medicamentos.

La demonización de la cannabis y su subsecuente criminalización con la imposición de la ley por Harry Anslinger en 1937 fue el producto del cabildeo intenso de millonarios de grandes corporaciones como los Dupont y las Empresas Hearst, en contubernio con la Industria Tabacalera y la Farmaceútica. La proscribieron con el único propósito de adelantar sus propias agendas de avaricia y monopolizar la producción  de ciertos productos como el papel, y los derivados del petróleo (telas, textiles, aceites comestibles, pinturas). La prohibición de la misma no obedeció a estudios científicos que comprobaran su peligrosidad, y sí a una intensa campaña en todos los frentes, periódicos, revistas y el cine que demonizó la planta. Aún en esta epoca las opiniones al respecto andan divididas, pero existen una serie de estudios que confirman sus propiedades medicinales . Lo que sí, está claro es que todo fue como siempre algo orquestado para beneficiar a una minoría que de alguna manera tenia conexiones con los centros de poder de la época y que hasta  día de hoy siempre se salen con la suya.

Así que brother; prende el moto ese y pásalo...no sea se te quemen los dedos jajajajaja