La estadidad fue gestada y concebida en otra realidad de espacio tiempo que se pierde en las polvorientas caravanas marchando rumbo al Oeste Americano.
Si bien es cierto que a ningún territorio que pidió la estadidad le fue denegada la petición, los anexionistas que pregonan este discurso no lo enmarcan dentro de la realidad histórica que se vivía en esa época. El proceso de estadidad fue uno de simplemente anexar territorios, convertirlos en estado y saciar la sed del expansionismo norteamericano. Eso de agregar un país con una cultura e idioma (muchos en EU ven con recelo el que se nos agregue siendo un país de habla hispana) distinto nunca estuvo en la mente de los anglosajones.
El proceso de expansión territorial de EU comienza a finales del siglo XV111. Innumerables caravanas de colonos europeos devoraron millones de kilómetros de tierra en su paso hacia el oeste y al sur de América del Norte. Dejando a su paso un rastro de muerte; asesinando y exterminando a las culturas milenarias que allí habitaban. Lo que no pudieron obtener por virtud del genocidio voraz y descarado lo obtuvieron mediante guerras contra México ( Texas, Arizona, California, Nevada, Nuevo México, Utah), o la compra de otros territorios como la Florida, Louisiana y Alaska).
Hace más de medio siglo (58 años) con la inclusión de Haití, ese proceso parece haberse cerrado. Siempre se trae el caso de Hawaii como apología y defensa, pasándole por encima y sin explicar la veda lingüística impuesta a los naturales de la región, con la única idea de asimilarlos culturalmente hablando. Cercena usted el idioma, la arteria principal que entrelaza, costumbres, sueños, arte, folklor, patria e idiosincrasia con los individuos y hace más fácil el proceso de transculturación de un pueblo. En el último de los plebiscitos en Hawaii los militares de las decenas de bases entronizadas en las islas votaron, dándole poca o ninguna validez al proceso. Pero se pasaron todo eso por donde no les da el sol, con el aval de la ONU, creada por los Rockefellers.
En Puerto Rico, un país con serios problemas económicos, acogido a un proceso de bancarrota y más divido que los apóstoles después de crucificado Jesús, la estadidad sería solamente un alargue infinito de la colonia. En la mente de los europeos colonizadores nunca eclosionó la idea de incorporar un país completo a su estructura geográfica y política. Todo lo antes mencionado fue gestado y concebido en otra realidad de espacio tiempo que se pierde en las polvorientas caravanas marchando rumbo al Oeste Americano.
