De cómo hasta la Estatua de la Libertad sabe que somos una puta colonia

16.01.2016 20:18

 

De cómo hasta la Estatua de la Libertad sabe que somos una puta colonia

 

Escuchaba ayer entre los ruidos del televisor en Fatmagul y un Kareoke, una conversación entre dos parroquianos que giraba en torno a si somos colonia o no.  El señor, algo mayor y con par de palos en la cabeza, defendía a brazo partido su posición en que somos un “territorio” pero jamás una “colonia” como la señora con la cual compartía argüía.  De acuerdo a cómo lo entiendo desde que estaba en Escuela Superior, ambos de alguna manera tienen razón.

 

A Puerto Rico, le aplica y está cobijado por el Artículo IV, Sección 3, Cláusula 2, de la Constitución de EU, mejor conocido como Clausula Territorial.   Según se desprende de la misma “el Congreso tendrá facultad para disponer y formular todos los reglamentos y reglas necesarios con respecto al Territorio y otros bienes que pertenezcan a los Estados Unidos, y ninguna parte de esta Constitución será interpretada de manera que cause perjuicio a los derechos reclamados por los Estados Unidos” 

 

De la ley Foraker queda establecido que “Congress must govern the United States according to the Constitution, which is the organic law of the Union, but it can govern a Territory that simply belongs to the United States as it may think best, restrained only by the positive prohibitions of the Constitution and the general spirit of our institutions, which is above all written law”.”En otras palabras, los territorios pertenecen a pero no son parte de Estados Unidos. Estamos entonces bajo los poderes plenarios del Congreso.

 

El Tratado de París de 1898, en el que España nos cede a Estados Unidos  especifica en el Artículo IX: “Los derechos civiles y la condición política de los habitantes naturales de los territorios aquí cedidos a los Estados Unidos se determinarán por el Congreso”. Queda meridianamente claro que estamos  bajo los poderes plenarios del Congreso, como se desprende también del Tratado de Paris, en el que aparecemos a todas luces como botín de  guerra.

 

Estamos entonces en que somos al mismo tiempo una colonia, sin poder alguno, utilizando la Marina Mercante Americana, el dólar como divisa, sin poder tener comercio libre con otros países, sin control alguno de la Aduana, sin mecanismos para poder acogernos a quiebras en el foro federal, huérfanos de una representación con poder ante el Congreso.  Colonia en el más estricto sentido de la palabra y en la mejor de las tradiciones de las teorías  neo mercantilismo del siglo 19. “Las colonias ultramarinas tienen como propósito primordial el ser utilizadas como una especie de mercado en el que los excedentes o parte de la producción del poder interventor es vendida.” A eso podemos añadir todas las bases militares que sembraron  a lo largo y ancho el archipiélago.

 

 

La procuradora general adjunta de la Administración Obama le ha dado un palo significativo al ELA.  En la ponencia del caso del pueblo de Puerto Rico contra Sánchez Valle la abogada de Obama expresó, “sólo pensamos que en este momento Puerto Rico es un territorio de los Estados Unidos, y como resultado no goza de soberanía separada bajo la cláusula de doble exposición”

 

En lenguaje sencillo, no se atreven a decir que es una colonia, pero caramente indican que estamos sujetos a la clausula territorial, en cada foro que el tema aflora.  El ELA es sólo un eufemismo que siempre ha pretendido perfumar el hedor de la colonia más antigua del planeta.  En el 1953, los norteamericanos mintieron para que PR saliera de la lista de colonias y no rindiera informes a la ONU, aduciendo que había un “pacto entre iguales y que se nos había concedido algún tipo de autonomía”

 

Los gringos llevan 63 años mintiendo sobre el tipo de relación que tenemos, acomodaticiamente éramos “un pueblo soberano” en 1953 y en 2016  vuelven a reafirmar lo que todos sabemos…somos una puta colonia.   

 

Contacto

Luis E. Rivera Abadía P.O.BOX 906 NAGUABO, PUERTO RICO 00718 787-672-6585 naguabo2012@hotmail.com